Una vida sin alcohol ni drogas es más sana para ti, tu familia y la sociedad
De "La obra pictórica completa de El Bosco" Introducción de Dino Buzzatti, Biografía y estudios críticos de Mia Cinotti. Clásicos de Arte, Noguer -Rizzoli Editores -1968. Transcripción de Henzo Lafuente
Nota: Este documento contiene 5 partes.
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Ver Imagen de "El Paraíso Terrenal"
Ejecución: Autógrafa. Técnica: óleo. Soporte: Tabla. Dimensiones: 220 x 97. 1503-1504. Localización: lugar abierto al público
Cara interna del postigo izquierdo, que representa la creación de Eva. La habitual disposición (creación, pecado original, expulsión), se reduce aquí al hecho esencial, del que trae origen el pecado carnal (en cambio, para Fraenger [1947] hay una exaltación de la unión sexual a través de Cristo).
También la iconografía es excepcional en pintura (pero no en las miniaturas [Tolnay, 1965]); Adán está ya despierto y el Creador le presenta a Eva: los tipos somáticos muestran una vuelta al realismo cultivado por Van Eyck.
La imagen del Creador, representado como Cristo, se relaciona con la tradición antigua [Combe, 1945 y 1957], olvidada por los del siglo XV y reanudada por El Bosco, según la cual Dios creó el mundo mediante su Verbo. En el Paraíso terrenal, construido de abajo arriba mediante planos de ritmo circular, aparecen las señales de una vitalidad antinatural en las rocas, en las plantas y en los animales de rara especie, que empiezan a devorarse mutuamente.
Al fondo, cuatro fantásticas rocas de formas geométrico-abstractas sirven de morada a los pájaros. Con respecto al cacto situado detrás de Adán y considerado el árbol de la vida, Combe recuerda el del paraíso de un grabado de Liber chronicarum de Schedel [Koberger, Nuremberg 1493]; Dvorák [1924], el de la Huida a Egipto que grabó Schongauer. La palmera con la serpiente enroscada es el árbol de la ciencia del bien y del mal [Combe (recordando también el Liber chronicarum)] es decir, de los frutos tentadores que la mujer (los sentidos) ofrece al hombre (la razón superior), según el Ornato de las bodas espirituales de Ruysbroeck.
Entre los elementos alquímicos [Combe] están el dragón de tres cabezas que sale del estanque y el huevo rocoso, mansión de cuervos. El centro exacto de la composición lo da la fuente de la vida, extraño monumento gótico flamboyant qu recuerda algunas concreciones del fondo marino, con su artilugio mineral-vegetal (para Combe, tema herético de la vida sexuada de la materia): tiene en lo alto la media luna (símbolo diabólico), en el centro del disco de la base, un ojo con una lechuza acurrucada (para Bax [1956], alusión sexual a la multiplicación de la especie; para Fraenger, el antiguo pájaro de la sabiduría, como quería el padre Sigüenza).
Según Fraenger, el disco, el ojo y la lechuza forman uno de los "puntos de concentración" usados por los místicos para situarse en estado de ascesis; además, indica como fuente del paisaje de extraña materia de gemas una edición de la Carta de Alejandro a Aristóteles, de Eusebio. Este mundo absurdo está resuelto con incomparable delicadeza de relaciones cromáticas, con la bivalencia de pensamiento y de pintura típica del Bosco, que se concreta en un continuo intercambio entre minuciosidad y síntesis, dureza y transparencia, aceptación y condena de la belleza y del horror universal.
Seguir leyendo: 4. El Jardín de las delicias, de El Bosco
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