AntiGlobalización y el Attac

AntiGlobalización y el Attac

Una vida sin alcohol ni drogas es más sana para ti, tu familia y la sociedad

AntiGlobalización y el Attac. Del libro «Casi Todo Sobre Attac». Reproducido con permiso de www.attac.cl. Agradecimientos a Victor de la Fuente. Estos contenidos no representan necesariamente el pensamiento de los editores de este sitio web.

Logo Attac.orgIntroducción

El movimiento ciudadano ATTAC forma parte de la red de redes que, a nivel internacional, se opone a la globalización de las injusticias. ATTAC es fundador del Foro Social Mundial (que se efectuará por tercera vez en Porto Alegre, en enero del 2003) y busca no sólo denunciar la globalización neoliberal, sino también movilizarse y proponer alternativas. Hay que cambiar el rumbo de la globalización y lograr que la economía se ponga al servicio de los seres humanos, en una mundialización humana y solidaria.

Una de las principales banderas de ATTAC es la aplicación de un impuesto a las transacciones financieras especulativas (Tasa Tobin) que incluye la demanda de terminar con los paraísos fiscales en el mundo que, como señaló el juez Baltasar Garzón, solo favorecen a las multinacionales y a la delincuencia internacional (narcotraficantes y traficantes de armas).

ATTAC promueve la participación ciudadana en todos los niveles. Sólo con la participación efectiva de los ciudadanos la democracia será real. Democraticemos la democracia.

La globalización neoliberal afecta a la gran mayoría de los chilenos. Debemos y podemos actuar para cambiar esta situación.

ATTAC busca las formas más democráticas de funcionamiento del propio movimiento, trabajando en base a redes, de manera horizontal, con Asambleas en las que sus integrantes deciden soberanamente. ATTAC es una organización de ciudadanas y ciudadanos que aspira a la participación en coordinación y convergencia con organizaciones sociales, partidos políticos, ONGs, facilitando la acción unitaria y potencializadora de los movimientos sociales y la sociedad civil organizada por hacer posible un mundo más justo.

Aquí iniciamos un diálogo en torno a las inquietudes que las ciudadanas y ciudadanos nos hemos planteado en las Asambleas, foros y conferencias, así como en nuestra página web, www.attac.cl Al ser ATTAC un movimiento en formación muchas preguntas y respuestas seguirán abiertas y sólo podremos ir respondiéndolas en la medida que sigamos avanzando en la formación de movimientos ATTAC en las distintas ciudades de Chile, aplicando el principio levantado con tanta fuerza en Porto Alegre: "Pensar globalmente y actuar localmente".

Llamamos a todas y todos los que creen que un mundo mejor es posible a participar, de una u otra manera, en este movimiento que llama a globalizar la esperanza, haciendo que, en cada lugar del mundo, los ciudadanos y ciudadanas sean actores de su propio destino. Que nadie decida por nosotros.

El Comité Coordinador de ATTAC-Chile

Agosto 2002


¿Qué es ATTAC?

ATTAC es una organización de ciudadanos coordinados en un movimiento internacional por el control democrático de los mercados. Tanto en Chile como a nivel internacional articulamos nuestro trabajo en redes y hacemos uso, sin complejos, de las nuevas tecnologías. Ocupamos éstas como instrumentos para coordinar nuestras movilizaciones contra el capital financiero especulativo y los promotores de éste, como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y la Organización Mundial para el Comercio (OMC). Trabajamos por la unidad y suma de voluntades para ampliar, enriquecer y promover la democracia y el respeto a los derechos humanos.

ATTAC es la sigla de la Asociación por una Tasa a las Transacciones especulativas y la Acción Ciudadana.

ATTAC-Chile busca recuperar y ampliar los espacios perdidos por las ciudadanos de nuestro país en beneficio del poder financiero, se opone a toda nueva renuncia de las autoridades e instituciones chilenas que privilegien el derecho de los inversores o capitalistas especuladores y procura ayudar a construir un orden socio- económico más democrático a nivel local y mundial.

A nivel internacional, y también en Chile, estos objetivos han estado presentes a la largo de la historia en la conciencia crítica de millares de personas. En Europa, a partir de una editorial publicada por Le Monde Diplomatique en diciembre de 1997, donde se planteaba la imposición de la Tasa Tobin como posible mecanismo de disuasión para frenar la volatilidad en los movimientos de inversiones que desestabiliza los países, surge ATTAC como un camino creativo y unitario en la perspectiva de construir otro mundo posible y mejor. En Chile, a partir del 2002 ATTAC se expande por las principales ciudades del país, aunque los primeros encuentros organizativos se remontan al año 2000 en Santiago. ATTAC en Chile y el mundo se opone a las nuevas y depredadoras formas que ha adquirido la globalización financiera y lucha por frenar la especulación, como vía para mejorar las condiciones de vida de nuestros pueblos y devolver la soberanía a los ciudadanos.

¿Qué es la globalización?

Es un proceso que tiene variadas vertientes que incluye y actúa a nivel de la economía, la política, la cultura y las comunicaciones, entre otras. La globalización no es un proceso lineal y homogéneo, pese a los intentos de los centros de poder internacional y de las economías más poderosas. Junto a la globalización impulsada por los gobiernos y las empresas de Estados Unidos, Alemania, Japón y otros, que buscan unificar el pensamiento y hacer de los ciudadanos simples consumidores, también se ha producido un fuerte y a veces inmanejable proceso de desintegración de los países, pueblos, economías y culturas. Así, por ejemplo, mientras se multiplican por el mundo los locales de comida chatarra, también se destruyen costumbres locales e introducen nuevas enfermedades o sus sistemas de producción eliminan puestos de trabajos, pequeños negocios e incluso cultivos.

Mientras el capital financiero e improductivo ­el peor y más dañino de los fenómenos desarrollados por la globalización- viaja obteniendo ganancias impensables, se esconde en los paraísos fiscales y rentabiliza en las economías más débiles, también destruye formas de subsistencia locales, aplasta la industria nacional, liquida la pequeña y mediana empresa, hace más precarios e inestables los empleos y arroja a millones de personas a la miseria.

La globalización financiera levanta y coloca el interés económico como un bien supremo y, con absoluto desprecio a los derechos de los pueblos, impone la búsqueda del beneficio, el lucro y la ganancia como norma absoluta de todas las sociedades. Sus consecuencias son bien evidentes: el agravamiento en todo el mundo de los desequilibrios económicos, ecológicos, sociales y culturales, y la cada vez más preocupante limitación de los controles que corresponden a las instituciones democráticas, que tienden a ser sustituidas por lógicas y mecanismos estrictamente especulativos que sólo expresan los intereses de las empresas transnacionales y de los mercados financieros.

Los grupos de interés del empresariado nacional y extranjero, los especuladores y los agentes financieros arrebatan el poder a los ciudadanos, intentan reducirlos a la simple condición de consumidores y, de este modo, incapacitarlos para decidir su propio destino, en aras de una transformación presentada como inevitable ley natural por el Œpensamiento único¹, y difundida reiteradamente por los grandes grupos de comunicaciones. Se está generando una situación de frustración e impotencia que, junto a la cada vez mayor desigualdad en las distintas zonas del planeta y al deterioro creciente de los derechos y conquistas sociales logrados a lo largo de todo el siglo XX es el mejor caldo de cultivo para el crecimiento de los valores individualistas, xenófobos, carentes de solidaridad y antidemocráticos.

¿Cómo actúa la globalización neoliberal?

Subordina las economías y los sistemas financieros de los países y regiones a los designios y mandatos de los grandes capitales financieros especulativos. Con la globalización financiera, los especuladores hacen dinero mediante dinero y, por esa vía, someten y manejan la economía real a sus dictados. Los grandes capitalistas prefieren "apostar" con su dinero, siempre que tengan todas las de ganar. Es así como han surgido los llamados "capitales golondrinas", es decir vienen, se quedan un tiempo y luego se van. Dicho de otra forma, mueven una masa de dinero hacia un país, lo invierten en sus bancos, ganan por las tasas de interés y luego parten a otro país donde les ofrecen mayores ganancias. Ese dinero no produce ni crea puestos de trabajo, es sólo especulación.

Así, los capitales especulativos que controlan los mercados se han hecho, en la práctica, los dueños del planeta. Las transacciones diarias en los mercados de divisas alcanzan cifras inimaginables. Se calcula que son 1,3 billones de dólares diarios los que deambulan por el mundo en búsqueda de ganancia instantánea.

Esto significa que en sólo tres o cuatro días en los mercados internacionales se transa el dinero equivalente a la producción y el comercio anual de bienes y servicios de todos los países del mundo, que alcanza en un año a 4,3 billones de dólares.

Este "modelo económico" asegura el crecimiento permanente de los beneficios del gran capital a costa de la producción y el trabajo, aumenta la precariedad, extiende la pobreza, desestabiliza las economías y aumenta las desigualdades y entre las naciones del mundo y al interior de los países.

¿Qué efecto tiene esto en nuestros países y en Chile?

Con la libertad total de circulación de los capitales, los paraísos fiscales (es decir aquellos lugares donde pueden esconderse los capitales, quedar libres de impuestos, rehuyen investigaciones sobre sus orígenes, lavan su pasado y quedan listos para partir hacia otros mercados) y la explosión de las transacciones especulativas, los Estados y sus gobiernos quedan acorralados y obligados a entrar en la carrera por ganar el favor de las empresas multinacionales.

En Chile, por ejemplo, para atraer más inversión extranjera el gobierno ha eliminado el llamado "encaje". Este obligaba a los inversionistas extranjeros a depositar durante un año un 30% de la inversión, lo que aseguraba que ese capital sería invertido en Chile y no saldría huyendo a la primera turbulencia del mercado o simplemente en la búsqueda de otro lugar que asegurara más rentabilidad. El gobierno chileno primero redujo el encaje luego de la crisis asiática y, más recientemente con la inestabilidad argentina, fue totalmente eliminado. Con ello, los "capitales golondrinas" tienen el espacio aéreo libre en Chile.

La dictadura de los mercados debilita la democracia, los gobiernos quedan en manos del poder del capital financiero y de las instituciones que lo representan, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y la Organización Mundial del Comercio, entre otras. El más claro y dramático ejemplo reciente de esto es Argentina, donde el FMI ­sumado a las camarillas gobernantes- ha empujado a la economía de ese país a la bancarrota.

De esta forma, los más débiles están más sometidos que nunca. La globalización repite cada vez más frecuentemente crisis financieras que hacen tambalear las estructuras industriales y bancarias. Así sucedió con la crisis asiática, el "tequilazo" en México, el primer "tango" en Argentina, la inestabilidad en Brasil y ahora la nueva y prolongada crisis trasandina.

Estas crisis provocadas por el capital financiero en el marco de la globalización golpean los propios cimientos de las naciones y de las culturas, todo lo desestabilizan, generan tensiones sociales, asonadas golpistas y expropian el derecho de los pueblos a definir sus propios destinos y ser actores principales de la gobernabilidad democrática.

¿Quiénes ganan con estas crisis?

Las crisis como las actuales que viven los países de América Latina no son casuales. Hay recesión en los principales y más poderosos países del planeta. Estados Unidos, pese a los ajustes y la fuerte inversión en la industria armamentista para reactivar su economía, no logra salir de la crisis.

Para los ciudadanos, las crisis generan desempleo, aumento de precios de los bienes básicos, cierran las empresas, aumenta la pobreza, las clases medias pierden poder adquisitivo y empobrecen, los recursos naturales se venden más baratos con lo que se afecta directamente el desarrollo social y sustentable, la vida es más insegura y crece el temor a la cesantía, las enfermedades o al futuro incierto sobre la posibilidad de alimentar, educar y sanar a los hijos e hijas. La protección social se rebaja o simplemente se elimina, con lo que millares de adultos mayores engrosan las filas de los más desposeídos. La pobreza que generan las crisis destruye las familias y obliga a que más mujeres sean el único sustento familiar, como también empuja a los niños y niñas al trabajo, la mayoría de las veces miserablemente remunerado.

En el mundo de los capitales y los capitalistas, las crisis generan grandes ganancias para los que especulan con su dinero. Los recursos mal habidos los depositan en los "paraísos fiscales" donde nadie los controla; allí se blanquean o están a la espera de tiempos mejores. Los empresarios llevan sus capitales a otros países donde ofrecen tasas de interés mayores; compran empresas que venden los Estados a precios irrisorios (como sucedió en Chile con la telefonía, el agua, la luz y otros servicios básicos y empresas).

Las fortunas privadas que han encontrado refugio en los 55 paraísos fiscales que existen en el planeta superan el 15% del producto bruto mundial. Desde estos centros de blanqueo de dinero sucio se infiltran hacia el sistema financiero los capitales y personajes del crimen internacional, como los traficantes de armas y drogas. Al año, el narcotráfico y el crimen organizado mueven 400 mil millones de dólares en ganancias. No se trata, entonces, como dicen los gobiernos, que este es un problema policial, cuando esos volúmenes de dinero es muchas veces más que todo el presupuesto de educación, salud y viviendas de muchos países pobres.

¿Y los ciudadanos comunes y corrientes corremos algún riesgo?

El capital financiero y especulativo nos pone a diario en riesgo. Sólo basta pensar que una buena parte de los ahorros previsionales de los chilenos son jugados a diario en las bolsas de Nueva York o en las apuestas de los mercados a futuro. El juego en las bolsas, como se sabe, es de alto riesgo. En Estados Unidos se ha descubierto que grandes empresas falsean sus balances contables para aumentar el valor de sus acciones. Nada asegura que los ahorros previsionales de los chilenos no estén en juego en estas verdaderas estafas financieras de alcance mundial.

Tal es el caso de las acciones de Enron, Xerox y WorldCom, entre otras, que modificaron sus contabilidades, inventaron ganancias, con el único propósito de valorizar sus acciones y venderlas. Los mercados a futuro son otros espacios para las apuestas especulativas. En Chile, un funcionario apostó a estos mercados más de 200 millones de dólares ­que se evaporaron- de la empresa estatal Codelco. El fraude demostró que ni siquiera las empresas públicas tienen los resguardos necesarios ante la especulación financiera. Lo que hizo este funcionario fue simplemente apostar con el eventual precio del cobre y jugar con los sube y bajas del valor del producto en un mercado que, por definición, es cambiante. Pero la culpa no era sólo del empleado, la empresa ­la más grande Chile y líder mundial en el negocio del cobre- mantiene un departamento especializado en apuestas a futuro, que demuestra hasta qué punto los mecanismos del mercado especulativo pueden infiltrar los objetivos y procedimientos de los negocios lícitos.

¿Existe alguna relación entre el capital financiero especulativo y los negocios ilícitos?

No todo el capital financiero que circula en el mundo es de origen ilícito, sin embargo distintos estudios demuestran que éste termina vinculándose a los negocios oscuros pues usan los mismos mecanismos y confluyen en los mismos espacios. Unos para obtener ganancias fáciles y rápidas, otros para blanquearse. Economías como la colombiana y la boliviana están fuertemente contaminadas por capitales provenientes de la droga. En esos países, la economía vinculada a estos negocios ilícitos es tan importante como la economía formal.

En Chile han sido detectados ingresos de narcocapitales para su lavado en negocios inmobiliarios y otros, debido a la facilidad que ofrece el modelo a la circulación de capitales, a la falta de resguardos acerca del origen de las inversiones y la cada vez mayor desregulación del mercado de capitales.

Aunque en Chile estos capitales no han llegado a desestabilizar la economía, el riesgo existe toda vez que ya han actuado en varias países de América Latina. Cuando estos dineros ingresan a la economía de un país producen corrupción a todos los niveles y termina debilitando a la democracia.

¿Cómo se le puede poner atajo a todo esto?

Regulando los mercados y aplicando un impuesto al capital financiero para evitar su volatilidad. No es la única solución, ni siquiera la única fórmula, pero es un punto de partida al alcance de los ciudadanos, que con su denuncia y movilización puede llevar a los Parlamentos y Gobiernos a prestar atención a este fenómeno y disponer medidas que resguarden los intereses del país y sus habitantes.

ATTAC estima que los engranajes de esta máquina generadora de desigualdades todavía pueden ser detenidos. El argumento de la fatalidad del funcionamiento neoliberal se alimenta, en parte, con la censura informativa sobre las alternativas que están en construcción desde la ciudadanía. La globalización es un fenómeno que puede y debe ser regulado, conducido y orientado para llevar más progreso y mejores condiciones de vida para los pueblos. Es falso que la globalización sea inmanejable, que sea un proceso sobre el cual nadie tiene control, que es parte del "desarrollo natural".

Pero hay quienes afirman que la globalización es inmanejable...

Si, pero hay que recordar que son los políticos ­desde el Parlamento o el Gobierno- los que hacen las leyes, desregulan los mercados y crean las facilidades para el libre tránsito de los capitales. Son éstos los que deciden la baja de los impuestos aduaneros, la indexación de las economías (amarrándolas al precio del dólar, por ejemplo, o creando unidades de referencia como la UF que existe en Chile) o la creación de monedas únicas, como en Europa. Son éstos los que autorizan las transferencias masivas de dinero.

La globalización es un proceso creado, es la nueva articulación del sistema capitalista en un estadio superior donde ya no basta con la generación de plusvalía de procesos productivos. Esa plusvalía ­transformada en dinero expropiado a los trabajadores- que antes se reinvertía en nuevas industrias ahora es usada como instrumento de especulación para la obtención de ganancias instantáneas. Si hasta el siglo pasado la plusvalía demoraba a veces meses en realizarse, ahora es un fenómeno veloz, muy rápido, pues las tecnologías permiten apostar en las bolsa y mercados a futuros casi simultáneamente en Nueva York, París, Tokio o Londres.

Para dar institucionalidad a este proceso han sido creadas organizaciones internacionales como la OMC (sucesora del GATT), el FMI y el BM, que han sido responsables de iniciar un proceso que despoja a los Estados de su soberanía, para someterlos a la tutela de las transnacionales y subordinarlos a su propio beneficio. Pero no hay voluntad política en los Gobiernos para poner freno a este proceso, más bien han agachado la cabeza y aceptan sus designios.

También hay quienes aseguran que la globalización es provechosa para los países con economías emergentes, en desarrollo, y para los más pobres...

Un 76% de la humanidad es pobre. Más de 1.300 millones de personas (algo menos de un cuarto de toda la población del planeta) disponen de menos de un dólar diario. En 1962 a los 46 países más pobres del mundo (unos 500 millones de habitantes en la época) les correspondía el 1,4% del comercio mundial. En 1995, esta proporción ya había caído al 0,4%.

En el mundo hay 820 millones de personas afectadas por la "hambruna crónica" (más del total de toda la población de América Latina); 850 millones de personas son analfabetas; 600 millones no tienen vivienda alguna; el 40% de la población mundial no tiene luz eléctrica y una cifra similar no tiene agua potable. Más de 1.000 millones de personas en edad de trabajo no tienen empleo.

Un buen ejemplo de que la globalización no necesariamente lleva una mejor vida a los países puede apreciarse en México, país que en 1993 firmó un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá, más conocido como NAFTA. En 1994, cuando entró en vigencia el TLC había 120 empresas maquiladoras estadounidenses en la frontera y cada trabajador ganaba en promedio 100 dólares al mes. Al año 2000 ya había 3.700 y los trabajadores pasaron a ganar unos 200 dólares mensuales.

Pero como las industrias maquiladoras fundan sus ganancias en el bajo costo de la mano de obra, desde hace dos años unas 500 empresas se han trasladado a China y Vietnam, donde el salario es de 25 centavos de dólar la hora contra 3 en México. En un breve período de dos años, más de 250 mil trabajadores mexicanos quedaron sin trabajo y, por falta de leyes, en total desprotección. Este es el tipo de globalización que postula Estados Unidos.

¿Qué es la Tasa Tobin?

Es una propuesta que surgió en la década de los 70 que buscaba corregir el sistema vigente a partir de las ideas de James Tobin (premiado en 1981 con el Nobel de Economía, aunque por otros trabajos de su especialidad). Según los cálculos y pese a que el nivel de impuestos es particularmente bajo, del orden del 0,1%, la Tasa Tobin permitiría recaudar unos 300 mil millones de dólares por año, recursos que serían suficientes para terminar con la pobreza, según dicen los expertos de los organismos internacionales.

La libertad total de circulación de capitales, los paraísos fiscales y el crecimiento acelerado del volumen de las transacciones especulativas arrastran a los Estados, a las regiones y a las ciudades a una vergonzosa carrera por ganarse los favores de los grandes inversores. Esta insensata competencia lleva al desmantelamiento deliberado de las bases legales, políticas y sociales de los Estados para facilitar las inversiones. En nombre del "progreso", cerca de dos billones de dólares van y vienen cada día a la búsqueda de una ganancia rápida en los mercados de cambios, persiguiendo un beneficio instantáneo que nada tiene que ver ni con la inversión productiva ni con el comercio real de bienes y servicios.

La originalidad de la Tasa Tobin es que, además de frenar la especulación, permitiría obtener recursos para luego redistribuirlos a los países con alta deuda externa, para programas de combate a la pobreza, planes de control al Sida o apoyo a los pueblos que sufran catástrofes naturales, entre otras.

La Tasa Tobín no es la solución final a los problemas, pero sí un medio para reducir la inestabilidad financiera mundial y una forma de reconquistar los espacios perdidos por la democracia en beneficio de la esfera financiera y de crear, a escala planetaria, un espacio democrático.

¿Es posible aplicar la Tasa Tobin? ¿Cómo funcionaría?

Cada vez son más los ciudadanos, tanto en los países ricos como los pobres, que se levantan contra el intento de transformar el mundo en mercancías y objetos de especulación. Estos ciudadanos en el mundo entero como en Chile han encontrado en el impuesto Tobin una herramienta simple para luchar contra una de las formas de la especulación: la que se refiere a las monedas. Los especuladores no vacilan en hacer ganancias provocando el derrumbe de las monedas, aunque ello implique arrojar a la miseria a millones de personas. Recuperar una parte de las ganancias de la especulación con el fin de reparar los daños sociales que provoca, derrotar la arrogancia de los partidarios del neoliberalismo, son algunas de las razones que explican por qué la idea de aplicar el impuesto Tobin ha seducido a millares de ciudadanos.

Su principio es simple. La especulación habitual en las monedas consiste, por ejemplo, en vender una moneda y luego comprarla de nuevo a precio más bajo para generar una ganancia. Multiplicando las compras y ventas en el mismo día, el especulador busca realizar la ganancia más alta posible.

Pero si cada vez que el especulador venda y compre de nuevo tuviera que pagar un impuesto equivalente a la ganancia que recibiría, el juego dejaría de ser atractivo. El especulador será tanto más penalizado de acuerdo a cuantas más veces realice operaciones de compra y venta.

Una empresa que comercie con el extranjero o realice una inversión genuina requerirá, en comparación, un número mucho más reducido de compras y de ventas de monedas y por eso será menos afectada por el impuesto Tobin. Por ello, la Tasa Tobin responde bien a su objetivo: penaliza la especulación, pero no a la economía productiva.

¿Y qué hacer con los recursos recaudados?

Como todo impuesto, la Tasa Tobin generaría ingresos. Ya hemos visto que éstos podrían ser redistribuidos para enfrentar la pobreza y los males del subdesarrollo. Los ingresos generados por la Tasa Tobin son potencialmente considerables, suficientes para aumentar de manera decisiva el financiamiento de programas de alimentación, salud, educación o para la protección del medio ambiente.

Los ingresos generados por la Tasa Tobin, sin embargo, no deben sustituir la ayuda pública-estatal al desarrollo que de todas maneras está en permanente declinación. Es deber del Estado impulsar políticas de protección social y de solidaridad, de educación, de salud pública y de cuidado del medio ambiente, así como prever los presupuestos necesarios para ello. Los ingresos generados por la Tasa Tobin en los países pobres y subdesarrollados, como Chile, podrían añadirse a los programas de financiamiento que ya existen y aportar una contribución decisiva para vencer el subdesarrollo y la pobreza.

Hay quienes sostienen que la Tasa Tobin es inaplicable por problemas prácticos, como la no existencia de un organismo recaudador y otro que redistribuya los recursos. Es una falacia. Naciones Unidas podría definir esos mecanismos y más que problemas para redistribuir el asunto es qué repartir. El mundo tiene urgencias, como los 35 mil niños que mueren a diario por enfermedades que son curables pero que se transforman en mortales cuando no hay medicinas.

¿El impuesto Tobin es sólo aplicable al capital financiero o podrían también ser gravadas las empresas y las fortunas personales?

La Tasa Tobin está pensada para su aplicación a los capitales transnacionales y, principalmente, al especulativo. Sin embargo no podemos renunciar a estudiar mecanismos que permitan poner fin a grandes desigualdades. Las tres personas más ricas del planeta poseen activos que equivalen al Producto Interno Bruto de los 48 países más pobres.

La concentración de la riqueza sigue aumentando y crece la brecha entre los pocos que más tienen y los muchos que nada tienen. Entre las cien fortunas más grandes de América Latina también hay chilenos. Estos especulan con sus fortunas, invierten más allá de las fronteras y llegan incluso a la repugnancia de asociarse con criminales como Vladimiro Montesinos en Perú y pagar coimas para el funcionamiento de sus empresas.

También en Chile hay un grupo de empresas privadas dedicadas a la explotación del cobre que están exentas de impuestos a las utilidades, como también sucede con las grandes pesqueras y barcos factorías que operan en aguas territoriales chilenas.

Chile necesita un gran y serio debate para decidir cómo financia su planes de salud pública, la educación y los déficit de vivienda, pero a partir de los recursos concentrados en pocas manos y no únicamente basado en la contribución solidaria de los que tienen menos.

¿Qué pasa con los TLC?

Muchos sostienen que para salir del subdesarrollo y terminar con la pobreza la economía debe crecer más y para ello abrir nuevos mercados a través de la asociación con los países más ricos...

Si, el crecimiento es una herramienta para atacar la pobreza, pero no necesariamente en las alianzas con los países más poderosos es que ese crecimiento está garantizado. Estas ideas son las que están detrás del fuerte impulso que tiene en Chile la propuesta de avanzar en Tratados de Libre Comercio con las economías más ricas. Primero con la Unión Europea ­acuerdo firmado en abril pasado-, luego con Estados Unidos ­en proceso de negociación-, después con Asia en el 2004, y terminar con la integración al Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA).

Como ya vimos, el TLC o NAFTA de Estados Unidos con México ha llevado a este último país a una situación más desmedrada. Su crecimiento está en baja, tanto que para el año 2002 se estima que crecerá un 0%, pese a que los pronóstico apuntaban a que no bajaría en los últimos años de cifras del orden del 6-7%.

Lo que sucede es que los TLC "amarran" a las economías más débiles a las fluctuaciones de las más poderosas. Ya vimos en marzo del 2002 cuando EEUU impuso un impuesto al acero; a México no le quedó otro camino que aceptar la medida, pese a verse directamente perjudicado. Y ese "amarre" también se expresa en los vaivenes de las economías. México no podrá crecer mientras EEUU no salga de su propia crisis. EEUU no necesita de México para adoptar medidas proteccionistas, ni para fijar sus tasas de interés, menos para decidir cuando va a la guerra o cuánto debe gastar en su industria armamentista. Al revés México no puede tomar ni siquiera medidas parecidas sin la venia de sus socios del norte.

El objetivo estratégico del gobierno de EEUU es usar un Tratado de Libre Comercio con Chile como trampolín para imponer el ALCA en toda América Latina. Esto significa nada más y nada menos que la apertura exclusiva y total de nuestro continente al gran capital financiero de origen estadounidense.

A Estados Unidos le interesa tener el acceso más barato posible a nuestros recursos naturales. Con un TLC, sus inversiones fluirán aún más directamente y de paso condenará a Chile a continuar con su papel de exportador de materias primas con escasos niveles de elaboración. Paralelamente, Estados Unidos restringe el ingreso de productos agrícolas chilenos con algún nivel de valor agregado.

El aumento de la inversión norteamericana en Chile puede significar crecimiento, pero justamente del tipo de "crecimiento empobrecedor" que se ha dado en nuestra desnacionalizada minería del cobre, donde las transnacionales han deprimido los precios con su aumento de producción. Hoy producimos más cobre y recibimos menos por ello.

¿Cómo nos afectará un TLC con EEUU?

Hoy tenemos una balanza comercial que favorece abiertamente a Estados Unidos. Con el TLC esta balanza comercial será aun más deficitaria para Chile. El TLC además significará pérdidas de puestos de trabajo. Nuestra producción nacional de manufacturas se verá fuertemente afectada, desapareciendo muchos sectores que no serán capaces de enfrentar la competencia. Puede que, como contrapartida, tengamos acceso a algunos bienes más baratos durante algún tiempo, pero a costa de más cesantía. También se verá amenazada nuestra producción agrícola tradicional con el ingreso sin restricción de los excedentes agrícolas norteamericanos. Los cultivadores de cereales, remolacha, la ganadería, la lechería y otros cultivos podrían desaparecer afectando regiones, ciudades y pueblos, pues también se verían perjudicados los comerciantes, transportistas y otros sectores económicos.

De prosperar un TLC con los Estados Unidos, Chile será más dependiente aún de la economía norteamericana. Estaremos cada vez más sujetos a sus avatares, respecto de la cual no tenemos el más mínimo control. Seremos un país más inseguro.

Tampoco es un tema de menor importancia que el Gobierno de Chile busque asociarnos a través de este TLC, con un gobierno que se ha convertido en un paria internacional en materia ambiental.

El Gobierno de Estados Unidos se ha negado a ratificar el protocolo de Kioto, que busca reducir los gases que están provocando el recalentamiento global. Con esta economía, la más dañina para el planeta, busca asociarnos el gobierno de Chile.

Detrás de TLC hay un proyecto que es extraño a nuestra identidad. Se intensificará el influjo del estilo de vida norteamericano: el individualismo, la competitividad y el consumismo, frente a valores tradicionales de nuestra cultura como la acogida, el sentido de encuentro, la solidaridad. No hay economía sin una ética humanista. La finalidad de la economía no es la máxima ganancia sino el bienestar de las mayorías. La urgencia actual es reducir el abismo entre ricos y pobres y ningún tratado de libre comercio lo ha conseguido, el NAFTA no lo hizo, ni tampoco lo logrará el TLC con Chile o el ALCA.

¿Qué es el ALCA?

Es un acuerdo impulsado por EE.UU. Pretende asegurar la libre circulación de las mercaderías y el capital desde Alaska a Tierra del Fuego. Algo así como una gran zona franca en todo el continente. Pretende lograr el control de las economías de los países de este rincón del mundo. Expresado así podría creerse que el ALCA aportaría algún beneficio a nuestros pueblos. Si esto fuera cierto: ¿Por qué se negocia a espaldas del pueblo y del Parlamento? ¿Por qué se negocia en secreto con los respectivos gobiernos y representantes de las grandes empresas? Tratemos de aclarar estos puntos:

En primer lugar beneficia a los Estados Unidos y más precisamente al gobierno y a los grandes grupos económicos de ese país. Incluso el pueblo norteamericano resulta pejudicado pues sus trabajadores y desempleados, los inmigrantes latinos, los negros pobres, las minorías, los sin techo, y otros sectores pierden empleos y se hacen más pobres y marginales. EEUU necesita el ALCA para solucionar sus problemas económicos y satisfacer su ambición de dominar a cualquier precio a América Latina y el Caribe, para asegurarse un mercado sin limitaciones como podrían serlo las medidas de protección de la industria y la producción nacional del resto de los países.

"Nosotros tenemos el 4% de la población del mundo y contamos con el 22 % de toda la riqueza. Si queremos mantener esa franja de riqueza necesitamos vender para ese 96% restante de la población", decía Bill Clinton cuando era presidente de EEUU y fue diseñada la idea del ALCA.

¿Cómo se relaciona esto con los tratados con Europa, por ejemplo?

No quieren competidores en toda la región. Si se firmara el ALCA también eliminarían la competencia de los productos europeos o asiáticos. El ALCA no es un proyecto de libre comercio sino una pieza fundamental del proyecto norteamericano de dominación y saqueo de nuestros recursos naturales y humanos.

Si se firmara el ALCA atentaría contra la soberanía, contra los derechos y las conquistas sociales, contra la tierra y los recursos naturales, contra el medio ambiente, contra la vida de nuestros pueblos. No es un proyecto de integración, sino un intento en marcha para culminar la anexión imperial.

Otra verdadera integración es necesaria y posible. Una integración no solamente comercial sino que abarque todos los aspectos económicos, sociales y culturales. Una integración que tome en cuenta y respete la soberanía nacional, los intereses populares y la identidad de nuestros pueblos y naciones, unidos históricamente en el anhelo de justicia y libertad.

Pero ya hay un acuerdo con Europa, ¿en qué consiste éste?

La negociación fue secreta y hasta ahora, (agosto 2002) no se conoce el texto definitivo del acuerdo, pese a que fue anunciado en una cumbre presidencial ante todos los mandatarios de Europa y América Latina. A las tratativas con las comisiones europeas los negociadores chilenos llegaron con la idea fija de mejorar el acceso de los productos chilenos a los mercados del bloque que integran los quince países del viejo continente. A cambio, ofrecieron a Chile como "país plataforma" de las inversiones europeas en el continente. Que Chile sea la "plataforma" para los capitales extranjeros no es novedoso, ya los gobernantes han hecho tal propuesta a los países de Asia (vinculados en torno a APEC) y a los capitales de EEUU.

Más allá de las rebajas mutuas de aranceles que implica un acuerdo de libre comercio, para que el TLC con Europa tenga algún nivel de éxito Chile tendría que superar su actual modelo de exportación de materias primas. En caso contrario seguirá repitiendo, ahora en Europa, su historia de intercambios desiguales.

El actual presidente de Chile dijo que el acuerdo con la UE generará 200 mil nuevos empleos en los próximos cuatro años. La misma cifra de empleos prometió el mandatario anterior, cuando suscribió el acuerdo con Mercosur.

En los últimos diez años, Chile ha suscrito once tratados de libre comercio con distintos países de mayor o menor tamaño. En ese período, efectivamente, aumentaron las exportaciones y creció el flujo de las inversiones extranjeras hacia Chile, pero paradojalmente el nuevo siglo comenzó con cifras de desempleo empinadas y estabilizadas sobre el 9%, sin que los acuerdos internacionales impacten sobre este indicador.

Al cabo de una década, todo indica que sólo los grandes exportadores chilenos, las grandes empresas, las AFPs y otras son los únicos ganadores de esta estrategia.

¿Y quiénes pierden con el tratado con Europa?

Probablemente muchos, pero ya se sabe que el gobierno chileno hizo importantes concesiones para atraer inversiones europeas y, de paso mostrar un triunfo político de corto plazo. Al liberalizar la Ley de Navegación, permitirá que los capitales europeos compren el 100% de la propiedad de las empresas pesqueras locales, lo que antes sólo era permitido en 49% de la propiedad. También modificó la ley para que el origen de los peces, capturados de la costa misma, sea del pabellón del barco que los capture. Con esto, los pequeños pescadores artesanales son arrojados definitivamente a la miseria, ya que será muy difícil que puedan competir con las grandes empresas que hacen pesca de arrastre y que ponen en peligro la existencia misma de las especies.

Complementario a esto, el gobierno realiza nuevos estudios para privatizar las pocas empresas públicas que quedan (Correos, sanitarias, Enap y otras), al mismo tiempo que trabaja en acuerdos bilaterales con Europa para eliminar la doble o triple tributación de las empresas que decidan incursionar o ya están en el mercado chileno.

Por esto, tiene poco sentido seguir buscando acuerdos de libre comercio para mejorar la "competitividad chilena" si la propiedad de la gran mayoría de los recursos ya está en poder de capitales extranjeros.

¿Cómo se ha preparado en América Latina y Chile el terreno para el ALCA?

Es una larga historia de injusticia y dependencia, que se acentúa con las dictaduras militares de la década de los 70 en América, incluyendo la chilena. Fue necesario el genocidio para quebrar la resistencia de nuestros pueblos e implantar el modelo neoliberal que desde entonces padecemos los pueblos de América Latina. Modelo de desindustrialización, endeudamiento forzado e infinitos ajustes a costa del hambre, el desempleo, la exclusión social, la falta de viviendas, la negación del derecho a la salud, la educación y la seguridad social para millones de personas.

Modelo de privatizaciones mediante las cuales fueron entregados al capital internacional las empresas sanitarias, la telefonía, los yacimientos cupríferos y otros minerales y fueron privatizadas nuestras pensiones, la educación, arrasados los bosques, vendidas todas las riquezas al punto que el Estado quedó jibarizado y no garantiza la protección de los ciudadanos. Perdimos nuestro patrimonio sin ningún beneficio a cambio. Se instalaron grandes represas que destruyeron el equilibrio ecológico y la biodiversidad. Miles de hectáreas fueron desvastadas para desarrollar cultivos de exportación, que utilizan agrotóxicos en gran escala. Se abrió paso a la proliferación de transgénicos y semillas híbridas. La deforestación de grandes extensiones llevó a la desaparición de buena parte del bosque nativo. Si se firma el ALCA , estos y otros problemas se agravarán.

¿En qué se fundamenta y qué propone el ALCA?

El ALCA representa un plan de apropiación de lo que producen nuestros pueblos. Busca convertirnos definitivamente en consumidores de los productos del norte y proveedores de recursos naturales y materia prima o bienes manufacturados de bajo valor agregado. Pretende imponer normas que obstaculizan la capacidad de control de cada país, de cada estado-nación sobre las actividades de los inversores extranjeros. Las ventajas son siempre para éstos. Los grandes problemas y desventajas para la pequeña y mediana empresa nacional y el resto de la población.

Pretende fundamentarse en los "derechos" del mercado: El derecho a la mayor ganancia de los grandes capitales a costa del saqueo de las riquezas naturales y la explotación de los seres humanos. Igual trato para una pequeña empresa o para una gran transnacional (alegan que dar apoyo o proteger a la pequeña o mediana empresa nacional significaría discriminar a la gran corporación transnacional).

Todos sabemos que trato igual entre desiguales sólo puede conducir a más desigualdad e injusticia. Con la supremacía del mercado se pierden los derechos fundamentales de las personas, de los trabajadores en particular, y se anula la función del Estado de procurar el bien común de todas y todos los ciudadanos.

¿Qué efectos tendría en nuestras vidas diarias?

La instalación del ALCA agudizará la precarización y flexibilización del trabajo, desregularizará aún más el mercado financiero y dará libertad a los grandes grupos económicos para ahogar a la pequeña y mediana empresa.

O sea, todos los derechos para los grandes capitales, sin que el Estado pueda regular o establecer derechos nacionales. Los grandes capitales (inversores, monopolios) tendrán todo derecho de cerrar una fuente de trabajo e irse a otro lugar donde al pagar menos a los trabajadores ganan más, o bien atropellar y contaminar el medioambiente, perjudicar a los medianos y pequeños capitales nacionales sin que nada pueda frenarlos. Si hubiera problemas, el Estado debe aceptar someterse a las normas de dominación que impondría el ALCA a favor de las grandes empresas.

Actualmente, los gobiernos suministran parcial y precariamente servicios de salud, de educación, de jubilaciones, asistencia social para parte de la población. No lo hacen con fines de lucro, sino en función del bien común, debiendo cuidar especialmente a quienes tienen menos recursos económicos. Para las grandes empresas todos estos servicios se convierten en una mercancía que puede dar muchas ganancias. Eso sí, atendiendo solamente a quienes pueden pagar. Eso ya lo vemos hoy con la medicina, la salud y otras necesidades de servicios básicos.

Si se firmara el ALCA los gobiernos perderían la posibilidad de seguir prestando servicios gratuitos, porque las grandes empresas tendrían el derecho a competir y ganar la posibilidad de prestar esos servicios a su manera buscando solamente su propia ganancia. Los pobres quedarían fuera de toda asistencia sanitaria y protección social.

La ley de patentes que ya nos perjudica, haría aún más difícil conseguir medicamentos. La salud se perjudicaría además con la proliferación de alimentos transgénicos sin ninguna posibilidad de control. La competencia de las grandes empresas acabaría con los medianos y pequeños productores. Lo mismo pasaría con los pequeños comercios.

El ALCA afectaría también los derechos de los pueblos originarios, aborígenes o indígenas, que se verían más restringidos en sus derechos ancestrales a la tierra, a los recursos naturales, al respeto a su identidad, a su cultura y a sus saberes tradicionales. Estos atropellos se agravarían para ellos y para todos. En sus culturas guardan valores como el de la solidaridad, la armonía, el respeto hacia las personas y la naturaleza, el valor de la palabra, que no deben perderse sino afirmarse hacia el futuro. Los valores culturales de cada pueblo, son patrimonio de toda la humanidad.

¿Pero habría integración?

No. Si se aprueba el ALCA predominará sobre todos los otros acuerdos de integración existentes hasta el momento, lo que incluye al Mercosur, Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, del que Chile es socio junto a Bolivia.

Sobre el Mercosur hay distintas opiniones y la mayoría está de acuerdo en que hasta ahora ha dado pocos resultados. El Mercosur podrá servir si se lo recrea desde una perspectiva más integral y solidaria, que no se reduzca al comercio sino también a otros aspectos económicos, sociales y culturales de integración regional. Si se orienta a la integración de América Latina y el Caribe como tal.

El Mercosur está formado en un espacio geográfico y raíces comunes. Si bien Chile tiene un comercio limitado con sus integrantes, este bloque subregional abre posibilidades de complementación económica, cultural e incluso políticas. El debilitamiento del Mercosur ­como en su momento sucedió con el Pacto Andino- tiene mucho que ver con las políticas impuestas por el FMI que han llevado a sus países, sobre todo a Argentina, Uruguay y Brasil, a sucesivas crisis. Sólo a Estados Unidos, a sus grandes empresas y los capitales especulativos les ha interesado el fracaso del Mercosur.

En ese marco, el ALCA es un eslabón más de un plan integral de dominación que incluye el mecanismo de la deuda externa, las imposiciones del FMI, el Plan Colombia y la invasión cultural. La deuda externa, ilegítima, inmoral y odiosa, que ha sido pagada con creces por los países de América Latina, es mucho más que una cuestión económica; es un tema político, un instrumento de dominación, mediante el cual mientras más se paga, más se debe. En este marco, la idea de un Tratado de Libre Comercio de Chile con EEUU es como un "abrelatas" de la política de Estados Unidos para llegar a un acuerdo que involucre todo el continente.

¿Y cómo afectan la globalización y los TLC a la discriminación histórica de género?

Al ser la globalización un proceso de exacerbación de la búsqueda de riquezas rápidas y no contemplar la discriminación histórica respecto a las mujeres, la mitad de la humanidad, no hace más que agudizar la brecha discriminatoria respecto al Género. Las estimaciones de Naciones Unidas consideran que lo que se ha denominado el trabajo informal de la población corresponde a más de la mitad del empleo urbano en África y Asia y a más de una cuarta parte en América Latina. Esto produce grandes riquezas ya que carece de protección de trabajo o seguros de salud e imposiciones para la jubilación, es un trabajo que no se considera remunerado pues se paga a trato, por pieza o volumen de trabajo.

Los hombres y mujeres trabajan en todos los sectores de la economía informal, pero las mujeres, además de este trabajo realizan el que corresponde al cuidado y crianza de los hijos y al llamado trabajo doméstico en los hogares, que no es más que el cuidado de la casa y la reposición de las fuerzas de los miembros de sus familias, incluidos los maridos cuando éstos existen en el hogar. Eso hace una sobrecarga de trabajo sin fin en la jornada de las mujeres.

Según las Naciones Unidas, en los países en desarrollo los hombres emplean un 76% de su tiempo en trabajos remunerados en el mercado laboral, y un 24% en trabajos fuera del mercado laboral, mientras que las mujeres dedican el 34% al trabaja dentro del mercado laboral y el 66% a labores y trabajos fuera del mercado laboral. La mayoría de ellas trabajan en el mercado informal sin ninguna protección, lo que hace que con los TLC, que no contemplan esta división genérica del mercado, a la hora de negociar entre las diferentes economías, esta desigualdad no hará más que profundizarse en desmedro de las mujeres, agudizando la pobreza de las mismas en lo que se ha llamado la feminización de la pobreza.

Según las estadísticas de empleo del INE del 2000, del total de personas que declararon dedicarse exclusivamente a los quehaceres del hogar y cuidado de hijos preescolares, el 98% eran mujeres.

Igual que en el pasado, son mujeres las que dedican mayor tiempo a un trabajo socialmente necesario, pero no remunerado. En Chile, según documentos oficiales de la situación de la fuerza de trabajo, por sexo, entre 1990 y 2000, las mujeres constituyen casi el doble que los hombres en lo que se considera como población inactiva. Es decir, no ocupadas ni tampoco cesantes o que declaren buscar trabajo. Debemos deducir que, a pesar de estar consideradas como inactivas, un alto porcentaje realiza trabajos informales o es trabajadora por cuenta propia.

En la última década, se ha incrementado significativamente la presencia femenina en la fuerza laboral. La tasa de participación de la mujer crece a un ritmo más rápido que la de los hombres.

Asimismo, son muchas las que se atreven a iniciar actividades como micro empresaria. A comienzos de los 90, la participación femenina en el mercado del trabajo era de 31,7%, y al finalizar la década llegaba al 35%. Por ramas de actividad económica, las mujeres se concentran especialmente en el sector servicios, dentro de éste, la rama de servicios comunales, sociales y personales abarca el 46,1% de las ocupadas en el año 2000. El comercio congrega al 25% de las mujeres ocupadas y la industria manufacturera, el 11.3%.

Igual que en el pasado, las mujeres perciben ingresos notablemente más bajos que los hombres, aunque existe una leve disminución de la brecha. En promedio, obtienen el 70% del ingreso medio masculino.

Muchas de las mujeres que trabajan remuneradamente y bajo dependencia deben realizar, una vez terminada su jornada laboral, las tareas domésticas. Las mujeres trabajan más tiempo que los hombres. Es lo que se conoce como doble o triple jornada de trabajo (en el caso de actividades comunitarias, como apoderadas, o como nexo entre los servicio públicos y la familia).

¿Existe alguna posibilidad de oponerse a todo esto?

Si, la resistencia a esta forma de globalización ya comenzó a andar. Millares de ciudadanos en el mundo, incluido América Latina y Chile, ya dan forma a este movimiento de resistencia al neoliberalismo que se manifiesta en la desenfrenada carrera del capital especulativo por obtener ganancias rápidas, por apoderarse de las economías más débiles y debilitar sus democracias. Ya en noviembre de 1999, unas 50 mil personas en Seattle, Estados Unidos, salieron a las calles y consiguieron abortar la Cumbre de la Organización Mundial de Comercio que se celebraría en esa ciudad. Pocos meses después, en febrero del 2000, miles de manifestantes protestaron en Bagkok, Tailandia, contra la política que impulsa a la Asamblea de Desarrollo y Comercio de la ONU.

En abril del 2000 en Washington, 30 mil ciudadanos fueron contenidos cuando intentaban hacer fracasar la reunión conjunta del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional. Ese mismo año, en septiembre, unos 10 mil manifestantes en Praga se opusieron a la asamblea anual que se realizaba en la capital de la República Checa.

En junio del 2001, en Barcelona, España, el Banco Mundial suspendió su conferencia anual ante la amenaza de millares de ciudadanos que preparan movilizaciones de protesta. La conferencia del BM terminó haciéndose vía digital por Internet. Un mes más tarde, en Génova, Italia, la Cumbre Europea y de jefes de organismos financieros se vio fuertemente alterada por las multitudinarias manifestaciones populares de protesta, a las que la policía respondió con una inusitada represión que costó la vida del joven de 23 años Carlo Giuliani, y que además dejó más de 200 heridos.

Este año del 2002 ya hubo masivas protestas populares en Monterrey (México), Barcelona, Sevilla y Madrid (España) contra las reuniones de organismos internacionales que ajustan sus políticas neoliberales.

Sin embargo, junto a estas crecientes protestas ciudadanas se ha producido un paulatino encuentro de las organizaciones de resistencia global. El hito más importante lo marcó la primera reunión, en enero del 2001, del Foro Social Mundial celebrado en Porto Alegre, Brasil, mientras simultáneamente se realizaba en Davos (Suiza) el Foro Económico Mundial. Hasta la sureña ciudad de Brasil llegaron más de cincuenta mil personas y casi cinco mil asociaciones para afinar una estrategia global contra el neoliberalismo, crear redes de coordinación e intercambiar experiencias.

¿Qué es el Foro Social Mundial?

Es un espacio democrático de encuentro que este año 2002 celebró su segunda reunión en la misma ciudad. Al FSM concurren las organizaciones de la sociedad civil de los países del mundo que luchan en forma no violenta contra el neoliberalismo. ATTAC forma parte del FSM. Organizados en talleres, conferencias, círculos de debates y discusión, millares de hombres y mujeres pasan revista a sus luchas, intercambian experiencias, tejen nuevas redes de colaboración y afinan sus estrategias de lucha contra el gran capital. Este año desde Chile viajó casi medio millar de chilenos a participar en el FSM. En Porto Alegre II quedó patente que otra globalización, humana, fraternal y solidaria es posible.

La reunión del FSM este año se produjo en el marco de un continente cada vez más convulsionado por las crisis, agobiado por gobiernos despiadados y ajenos a los intereses de las mayorías. También cuando EEUU había desplegado una vasta ofensiva militar, política e ideológica tras los atentados terroristas que afectaron a Nueva York y Washington. Cuando el gobierno de Bush y sus seguidores quisieron dividir el mundo entre quienes apoyaban o no su estrategia de guerra. Cuando los gobiernos buscaron militarizar y demonizar toda forma de protesta social.

En ese marco, el Foro Social Mundial reafirmó su convicción de que otro mundo es posible, que es necesario frenar la locura a la que arrastra al mundo la voracidad del capital transnacional, que la paz también es posible y que la democracia es la forma de vida que desea la inmensa mayoría de los ciudadanos. En esa reunión del FSM salió una clara resolución que compromete a todas las organizaciones populares y democráticas de América Latina presentes en el encuentro de luchar contra la implantación del ALCA. (Ver, ³Porto Alegre, globalizar la esperanza², 2002, publicado por Le Monde Diplomatique, editorial Aún Creemos en los Sueños).

¿Cómo se formó ATTAC en Chile?

En el año 2000 un grupo de asociaciones crearon un comité pro-ATTAC y realizó algunas actividades, incluso una presentación acerca de la necesidad de legislar sobre un impuesto al capital especulativo (Tasa Tobin) ante el Congreso. El contacto con parlamentarios para que conozcan y se comprometan con este mecanismo sigue desarrollándose. Sin embargo la preocupación principal de ATTAC es contribuir a la organización de la sociedad a través de la participación en los espacios democráticos y en la movilización por sus intereses que están en contradicción con el desarrollo del neoliberalismo en Chile. A mediados del 2001 se sumaron nuevas organizaciones a ATTAC y principalmente muchas personas a título individual. Esto último ha dado un fuerte impulso en su organización, en la creación de un espacio permanente, democrático, participativo y de debate de ideas. Es así como ATTAC se ha extendido y crecido en las principales ciudades del norte y sur de Chile, realizando su primera conferencia nacional, el 5 y 6 de octubre 2002, estructurándose en todo el país.

Simultáneamente, ATTAC-Chile ha ampliado sus contactos y relaciones con otras organizaciones sociales, estudiantiles, de trabajadores, ONGs, organismos de defensa de los derechos humanos y otras para coordinar movilizaciones y acciones. En ese sentido, nos definimos como una nueva fuerza, amplia y unitaria, que no compite con otras asociaciones sino que busca puntos y espacios de convergencia para impulsar acciones comunes.

¿Quiénes pueden ingresar a ATTAC?

Puede ingresar cualquier ciudadana o ciudadano que quiera contribuir y luchar por un mundo mejor. ATTAC está compuesto por personas independientes y también por militantes de varios partidos políticos, los que sin embargo actúan a título personal. En ATTAC no hay representantes de partidos, todos sus adherentes son iguales.

ATTAC, al igual que el Foro Social Mundial, es un espacio de la sociedad civil no partidario, no gubernamental y no confesional. No competimos con los partidos políticos, no buscamos el poder, por lo que nuestro trabajo es complementario a lo que hacen los partidos y otras asociaciones. No nos oponemos a los partidos, aunque sí defendemos la importancia de dignificar la política para hacerla más transparente y democrática.

ATTAC basa su accionar en la libre y generosa participación de todos sus asociados en igualdad de derechos y en oposición a cualquier tipo de privilegios.

Es una organización fundada en el principio del voluntariado, nadie cobra por su legítimo e indispensable aporte a la causa de la democracia, la libertad y el bienestar de sí mismo y de sus conciudadanos.

¿Cómo funciona ATTAC?

En primer lugar a través de redes y con una concepción "horizontal" de trabajo, donde la democracia se ejerce directamente. En ese sentido las asambleas de

ATTAC son la piedra angular para el funcionamiento de la organización. Además se estructura a través de comisiones de trabajo específicas que llevan adelante los militantes voluntarios que las integran.

Estas comisiones son temáticas (participación ciudadana, salud, cultura, medioambiente, educación popular, comunicaciones y difusión, científico-técnica, etcétera) diseñan las tareas que proponen a la asamblea y trabajan en su realización. Todo esto es coordinado por el comité ejecutivo entre una asamblea y otra.

Privilegiamos, por su rapidez, la coordinación a través de la página web (www.attac.cl) y el uso intensivo del correo electrónico, aunque también usamos todos los medios disponibles.

ATTAC es un espacio abierto y democrático, facilitador de la acción ciudadana y unitario.

Alentamos y apoyamos las luchas contra las consecuencias del neoliberalismo, por la identidad y cultura de los pueblos originarios, contra la devastación del medio ambiente, por la paz, la profundización de la democracia y la defensa y dignidad de los derechos de las personas.

Todo esto nos obliga a ejercer con plena convicción la democracia participativa a desarrollarla horizontalmente más que por vías verticales y a apoyarnos en el colectivo más que en los liderazgos personales.

¿En síntesis, cuales son los objetivos de ATTAC-Chile?

Buscamos alentar el debate, producir, difundir información y actuar conjuntamente con otras organizaciones ciudadanas levantando nuevas alternativas al neoliberalismo. Estimulamos los movimientos de resistencia y desobediencia civil.

Queremos ayudar a organizar la oposición a toda nueva renuncia del Estado que privilegie a los grandes inversores especulativos. Queremos más democracia, recuperar aquellos espacios cedidos a la esfera financiera. Deseamos contribuir en la construcción de un orden socioeconómico más democrático y solidario a escala mundial y local.

Luchamos por profundizar la democracia, remover todo vestigio institucional que nos heredó la dictadura militar e incentivamos la acción ciudadana en todas sus formas.

Sumamos nuestras voces a la denuncia de las medidas desreguladoras adoptadas en Chile en materia de mercados de capital y propiciamos la implantación de mecanismos de control. También pedimos una política de integración latinoamericana que forme un bloque común regional.

Alentamos la lucha por la preeminencia de aquellos acuerdos internacionales hoy amenazados por una transnacionalización que no respeta las culturas y las tradiciones, menos aún los derechos y conquistas de los trabajadores.

Exigimos el control de las emisiones de contaminantes y productos tóxicos que permita vivir en ciudades limpias y seguras. También promovemos la lucha contra el abuso que se hace de las patentes tecnológicas y la manipulación genética con fines de lucro privado.

Apoyamos la reducción de los gastos militares en todo el mundo y, por cierto, en Chile. Junto a ello apoyamos y promovemos la defensa irrestricta de los derechos de las minorías y el respeto a las garantías de las personas.

Porque queremos que se establezcan normas para un comercio justo y equitativo, también trabajamos por la convergencia de todos los movimientos de resistencia al neoliberalismo para conquistar un mundo mejor.


Links

http://www.attac.cl/archivos/librocasitodosobreattac.htm: Libro Attac

http://attac.org Attac international

http://www.monde-diplomatique.fr/ Le Monde Diplomatique

http://mondediplo.com/ Le Monde diplomatique-English Internet edition

http://www.monde-diplomatique.es/ Le Monde diplomatique-Edición española


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