Una vida sin alcohol ni drogas es más sana para ti, tu familia y la sociedad
"Ahora, la convicción absoluta de mi vida descansa en la creencia de que la soledad, lejos de ser un fenómeno raro y curioso, es el hecho central e inevitable de la existencia humana".
Thomas Wolfe, "God's Lonely Man"
"TRAVIS BICKLE, 26 años, delgado, curtido, el solitario consumado. En apariencia es apuesto, incluso guapo; tiene una mirada firme y tranquila y una sonrisa que desarma, que brilla como por arte de magia, iluminándole todo el rostro.
Pero detrás de esa sonrisa, alrededor de los ojos oscuros, en las mejillas demacradas, podemos ver las manchas ominosas causadas por una vida de miedo íntimo, de vacío y soledad.
Parece haber llegado vagabundeando de una tierra en la que siempre hace frío, de un país cuyos habitantes apenas hablan. La cabeza se mueve, la expresión cambia, pero los ojos permanecen siempre inmóviles, sin parpadear, perforando el espacio vacío.
Travis entra y sale a la deriva de la vida nocturna de Nueva York, como una sombra oscura entre otras sombras más oscuras. Pasando desapercibido, sin motivos para que nadie se fije en él. Travis parece confundirse con su entorno.
Lleva vaqueros de jinete, botas de cowboy, una camisa a cuadros del oeste, y una desgastada cazadora del ejército con un parque en el que se lee: 'King Kong Company 1968-1970'.
Despide olor a sexo: sexo enfermizo, reprimido, solitario, pero sexo al fin y al cabo. Es una fuerza bruta masculina, que empuja, hacia dónde, no se sabe. Si se le observa más de cerca se descubre lo inevitable. No se puede tensar la cuerda indefinidamente.
Al igual que la Tierra se desplaza hacia el sol, Travis Bickle se encamina hacia la violencia."
(Del guión de TAXI DRIVER, Paul Schrader,1976)
Esta entrevista, encomendada por Cahiers du Cinéma, fue realizada el 29 de enero de 1982 en el departamento de Martin Scorsese ubicado en Manhattan. Marty había pasado toda la noche editando El rey de la comedia(The King of Comedy); yo había pasado la noche deambulando por Upper West Side. A las 7 A.M, la luz del amanecer baña el río Hudson, comenzamos nuestra conversación.
Paul SCHRADER: ¿Qué peliculas te atrajeron cuando eras adolescente?
Martin SCORSESE: Muchas, muchas películas -sólo mencionaré las que se me vienen primero a la mente. La primera imagen que recuerdo de mirar una película en una sala de cine -mi papá acostumbraba llevarme al cine debido a mi asma- era un trailer en Trucolor de Roy Rogers y su caballo saltando una tronco. Mi papá me preguntó "¿Sabes qué es Gatillo?". Yo le dije, "Esto es un gatillo."(Scorsese jala el gatillo de un arma imaginaria). Yo tenía aproximadamente tres años de edad. Mi papá dijo "No, Gatillo es el nombre del caballo". Y allí estaba este hermoso caballo y su jinete con flequillo saltando y volando por el cielo como un ángel. Desde esa vez siempre quise ser vaquero y nunca lo fui.
SCHRADER: Entre los siete y diez años ¿qué películas preferías?
SCORSESE: Principalmente westerns. Duel in the sun. Mi mamá me llevó a verla, mi papá no fue. Por alguna extraña razón la película me impresionó mucho. Hasta hoy. Y nunca he podido ver el final; me cubro los ojos. Me parece una historia de terror. Los dos enamorados que se aman tanto hasta el punto de tener que matarse entre sí...
SCHRADER: ¿En qué punto la pubertad se manifestó en tu experiencia de ir al cine? ¿Quiéns fueron las primeras mujeres, como mujeres propiamente tales, que viste en pantalla y que deseaste sexualmente?
SCORSESE: ¿Cuáles deseaba o en cuáles tenía interés en cómo se veían?
SCHRADER: Ambos casos.
SCORSESE: ¿Y qué hubiese sentido si las tocaba?
SCHRADER: Sí.
SCORSESE: Barbara Britton , yo estaba enamorado de ella. Barbara Britton y John Paine fueron mis favoritos.
SCHRADER: ¿Qué edad tenías en ese entonces?
SCORSESE: Como diez años. I shot Jesse James. Barbara Britton aparece ahí, sabes. Recuerdo que viajaba en un bus, yendo a verla. Me recuerdo pensando, ¿qué le pasa a esta gente? ¿No se han dado cuenta que están dando I shot Jesse James? Están en un bus, ¿qué pasa con ellos? ¿Por qué no han ido al teatro?
SCHRADER: ¿Ella fue la primera por quien perdiste la cabeza?
SCORSESE: Luego, en 1956. Elizabeth Taylor aparece en la portada de la revista Life en un fotograma de Giant, sentada en una cama. Estaba realmente bellísima. Oh, pero también estaba Jean Simmons en Great Expectations. Bellísima. Siempre fue hermosa.
SCHRADER: Como sabes, no se me permitió asistir al cine cuando era niño. Una de las primeras películas que vi fue Wild in the Country con Presley y Tuesday Weld. Tuesday tenía dieciséis en ese tiempo y me enloquecía. Una de las más extrañas experiencias cuando vine a Hollywood fue estar cerca de Tuesday Weld. Pensé que estaba en otro planeta.
SCORSESE: Estoy tratando de recordar. Nunca me interesaron las mujeres en las películas, a decir verdad. Me pregunto por qué...
SCHRADER: Debo hacer una excepción, pues después de que leí Jerusalem, Jerusalem (El primer guión de Scorsese, precediendo a Who`s that Knocking at my Door?), me percaté del enorme impacto sexual de las películas en ti.
SCORSESE: Una de las primeras imágenes sexuales que recuerdo de un film, aparte de Duel in the sun, fue Peter Pan. En una escena, Wendy tenía que cruzar sobre una roca, ella levanta su vestido, se le ve su pantorrilla; lo que era absolutamente maravilloso. Disney tenía todo. Michael Powell estaba bien, pero Disney era un verdadero genio. Ella tenía unas piernas fabulosas, en serio. Realmente fue un shock. Me dije "Ya está. Estoy enamorado de Wendy".
SCHRADER: El viejo Walt sabía cuáles botones apretar...
SCORSESE: Creo que es la primera vez que te cuento esto... Una tía, mi tía Mary, una dama muy estirada, me llevó a ver una función doble: Bambi y Out of the Past...
SCHRADER: ¿Con quién te identificas más, con Mitchum, Douglas o Greer?
SCORSESE: Me olvidé de las mujeres, sólo recuerdo las gabardinas. Pero durante todo el film yo preguntaba "¿Cuándo saldrá Bambi?" Mi tía me respondía siempre "¡Cállate, esto es bueno, te mataré!".
SCHRADER: Por los doce años, debiste comenzar a sentir una picazón entre tus piernas.
SCORSESE: Fue en High school confidential con Jerry Lee Lewis y Blackboard Jungle. El sexo venía en la pantalla con la música y lo sabías. Mi padre estaba sentado cerca de mí y estaba consternado. Cuando apareció el logo de la MGM y escuchabas a Bill Haley... quiero decir que la película no era lo mejor, pero para mí era algo...
SCHRADER: Estrictamente bajo la cintura.
SCORSESE: Exacto
SCHRADER: ¿En qué medida tu amor por las películas de barrio se mezclaba con un conocimiento de filmes extranjeros?
SCORSESE: Mi padre compró un televisor de 16 pulgadas en 1948. En ese tiempo se exhibían muchas películas por televisión. Ocasionalmente veía películas italianas los viernes en la noche...
SCHRADER: ¿Subtituladas?
SCORSESE: Por supuesto. Exhibían Paisa y Ladrón de bicicletas; mi abuela lloraba, mi mamá lloraba. No les gustaba verlas porque los hombres estaban en la guerra, pero los hombres querían ir. Las mujeres se enfurecían mucho.
SCHRADER: ¿No había una clara demarcación entre películas norteamericanas y extranjeras? ¿Las mezclaban entonces?
SCORSESE: Sí, excepto los westerns.
SCHRADER: ¿Hubo un punto en el que las películas norteamericanas divirgieron de las extranjeras?
SCORSESE: En 1958, cuando descubrí a Bergman por mi cuenta. Cuando estaba en la secundaria. Todos los films de Bergman tenían títulos como Monika y A Secret Shame of Love. Todos en la Lista de Condenados. Fui a ver Smiles of a Summer Night y hasta hoy todavía no la entiendo...
SCHRADER: Sí, en algún lugar de mi imaginación adolescente Smiles of a Summer Night y The Immoral Mr T´s fueron equivalentes.
SCORSESE: Finalmente vi The Immoral Mr T´s cuando tenía 22 años. Nunca tuve las agallas para ir a aquellos teatros. En la misma época, sin embargo, vi Seventh Seal y me percaté de que, por supuesto, todos los grandes cineastas estaban en Europa. Durante tres años tuve esta sensación de esnobismo de que los films norteamericanos eran malos. Entonces, en 1961 leí, en Film Culture, un artículo de Andrew Sarris basado en las teorías de Cahiers, la politique de auteurs, lo que es historia vieja ahora. Pero recorría las listas y subrayaba los que había visto y ponía una estrella a los que me habían gustado. De todos los directores, me gustan más los directores "de panteón". Me gustan los mejores films de John Ford, y no todos son westerns.
SCHRADER: En aquel tiempo debiste percatarte que podías expresar ideas a través de las películas-
SCORSESE: Pero Seventh Seal es también muy emocional. Cuando los penitentes llegan... ese diálogo es extraordinario.
SCHRADER: Noté que citaste Diary of a Country Priest en Jerusalem, Jerusalem. ¿Cuándo la viste?
SCORSESE: Por ahí por 1964. Debo hacer una confesión. Es muy difícil para mí verla de nuevo. Eso y Ordet.
SCHRADER: Las vi hace un año atrás. Voyage in Italy es difícil para mí.
SCORSESE: Puedo ver Voyage in Italy una y otra vez. Lloro y me enloquezco. Pero aquellas dos películas y Europa 51, son sorprendentes. Realmente no las puedo aguantar. No puedo. No me puedo controlar.
SCHRADER: Déjame preguntarte otra cosa. (Consulto algunas notas garrapateadas) Veamos, escribí esto muchas horas atrás, cuando estaba menos cansado que ahora. ¿Deseas que la historia te recuerde?
SCORSESE: ¿Puedo ser elocuente pero insincero y decir 'seamos pretenciosos', vale? No sé qué habría respondido si otra persona me hubiese preguntado eso. Pero lo repito, mi ego es enorme. Me gusta ese asunto. Sí, probablemente me gustaría. Ignoro la razón.
SCHRADER: Si tuvieras que escoger...
SCORSESE: Eso de ser recordado es devolver a su sitio al destino y a la salvación del alma. ¿Cómo podrías hacer eso? No puedes.
SCHRADER: Si tuvieras que escoger entre ser recordado o realizarse ¿qué escogerías?
SCORSESE: Realizarse. Debes estar contento contigo mismo. No necesariamente feliz, puedes ser miserable pero realizado.
SCHRADER: ¿Es decir, mandar a la mierda con la historia cuando se trata de realización personal?
SCORSESE: Es duro reemplazar algo en lo que realmente crees. La salvación del alma, sea en lo Presbiteriano, Judío, Católico o lo que sea. ¿Me entiendes? Si no tienes alguna creencia en eso ahora, estás muerto.
SCHRADER: Cuando estaba en Amsterdam-creo que hemos hablado de esto antes- dando una conferencia, aproveché y fui al Rijksmuseum, probablemente el museo mejor organizado del mundo. Todos fieles a Van Gogh, totalmente fieles y organizados en torno a los treinta y nueve miserables, crecientemente tormentosos años de la vida de un hombre. Y recuerdo que estaba en medio de la conferencia cuando me sacudió un pensamiento: se lo dije a la audiencia, "Si alguien viniera ahora y me ofreciera un trato, si dijera 'te construiremos un museo si vives una vida como la de Van Gogh', y yo dije...
SCORSESE: 'Creo que me negaría'.
SCHRADER: Exacto.
SCORSESE: Ese camino ya ha sido recorrido
SCHRADER: ¿Hubo algún instante en el cual fue más importante ser recordado?
SCORSESE: Sí, cuando estaba tratando de hacer Mean Streets. Cuando realicé experimentos en Alice y en Taxi Driver. Jamás pensé que Taxi hiciera dinero. Precisamente había encontrado unos rollos de 8 mm de tú, yo y Vernon Zimmerman jugando bolos en Los Angeles. Es maravilloso. Estaba guarddo. Lo puse todo junto.
SCHRADER: No recuerdo eso.
SCORSESE: Es maravilloso. Es hermoso porque fue sólo un mes antes de que ocurriera. Con Michal y Julia (Phillips, los productores de Taxi Driver), ese domingo en la mañana después lo abrí y fue un éxito. Hicimos el film porque sentimos algo, la cosa de Notes from the Underground
SCHRADER: Eso es una bendición del éxito. Permite a uno vivir sin preocuparse sobre ser recordado.
SCORSESE: Sabes, fue cuando hicimos Taxi Driver que me pareció una gran, gran nota a pie de página para mi vida. Porque lo fue. Si alguien, cien años adelante, encuentra esto y no hay créditos - y si hubiera créditos, no pudieran leerlos - sin embargo entendiese lo que había. Incluso entonces, de no ser recordado...
SCHRADER: ... a ser un dios desconocido...
SCORSESE: Exacto. Para mí, el proceso de realizar una película era más importante que el resultado final. Y sabes que la segunda semana amenacé con parar. Amaba tanto esto que quería destruirlo. [...]
SCHRADER: Pero tenías ambiciones, esperanzas que no puedes negar...
SCORSESE: Está bien, pero yo ya había hecho una película para Roger Corman. Así, Mean Streets se fue al armario, hice otra película para Roger. Pero al menos había realizado un film ítalo-americano que supuestamente nadie querría ver.
SCHRADER: Espero no permitirte decir que nunca tuviste ambiciones para esa película.
SCORSESE: No, no. Fue mi vida entera. La única otra cosa que me dio ese fuego fue Taxi.
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