Defensa Cerrada

Critica Literaria: "Defensa Cerrada" de Petros Markaris

Una vida sin alcohol ni drogas es más sana para ti, tu familia y la sociedad

Transcripción: Xrisí Athina Tefarikis xrisit@namb.zzn.com

Petros MarkarisPetros Markaris es dramaturgo, traductor especializado en Bertold Brecht y autor de guiones para la televisión y el cine. Ha colaborado en la realización de diversas películas de Theo Angélopoulos, uno de los laureados cineastas europeos de la actualidad. Se destaca entre éstas "La eternidad y un día", que obtuvo el primer premio en Cannes-la "Palma de Oro"-en el festival realizado en 1998.

Por Xrisí Athina Tefarikis

Markaris escribió con anterioridad "Defensa cerrada" incorporando al personaje Jaritos, un teniente de la policía civil griega que mientras investiga los casos que le son asignados, nos enteramos del sub-mundo de la Grecia moderna, que a pesar de su brillante pasado cultural, no es inmune a la corrupción que corroe al mundo occidental contemporáneo. El teniente Jaritos, un personaje que podría calificarse de "ciudadano menor", prototipo de la clase media baja de Atenas, constituye asimismo un refugio de los individuos que aún intentan conservar su identidad a pesar de los intentos de globalización del mundo moderno y de los peligros sociales que podrían acarrear la bien intencionada Unión Europea. No existe un intento de desfigurar los beneficios económicos de ese organismo que, sin duda, ha mejorado el estándar de vida de los europeos y el pueblo griego no constituye una excepción. Sólo que Markaris vislumbra el lado oscuro de la modernización europea. En especial cuando esta arremete contra países pobres cuyo acerbo cultural podría estar en peligro de extinción.

La Atenas en la que se desenvuelve la vida del teniente Jaritos no tiene nada que ver con la idílica ciudad de Pericles, ni con monumentos antiguos, teatros de la época de Eurípides, ni con filósofos intercambiando opiniones con sus discípulos en el Agorá.

Jaritos es como el último de los idealistas pero no tan refinado como Platón. Jaritos es tosco, reclama todas las horas que la vigilia se lo permite en contra del sistema, de la polución, de la banalidad de la prensa, de la corrupción de los empresarios que hicieron fortuna en un breve lapso de tiempo, de la poca transparente labor de la policía civil, en fin, es un neurótico de la vida moderna que masculle sin cesar mientras intenta honestamente resolver los casos que le son asignados.

Jaritos vive aún con la primera mujer que desposó( práctica obsoleta entre los ricos mercaderes, políticos y todos aquellos que se precien de ser los poderosos helenos en la actualidad) y con ella ahorran hasta lo indecible para poder mandar a la Universidad (uno de los escasos estamento helénico que no es criticado por el autor debido a la estrictez de las escasas vacantes de las universidades estatales) a su única hija, Katerina, que en "Defensa Cerrada"ya está finalizando su doctorado en leyes en la ciudad universitaria de Salónica. Jaritos, es en definitiva, el héroe del mundo contemporáneo de los intelectuales. Un individuo de perfil bajo que no come en los Mac Donalds ni en la Pizza Nostra sino que se sigue alimentando con las viejas recetas griegas que le prepara su esposa Adrianí. Ya en el segundo tomo de Markaris traducido al español el lector sabe que los tomates rellenos es el guiso que Adrianí le prepara al teniente de policía para las reconciliaciones maritales. Ni hablar del moderno café griego ma non troppo aguachento y desabrido que le sirven en un vaso plástico en su oficina acompañado de un añejo "cruasán". Pareciera que el destino de la identidad de los pueblos pasa actualmente por las manos de estos ciudadanos menores que, al parecer, luchan y seguirán haciéndolo para volver a ser, con suerte, lo que fueron.

Este libro se recomienda a los comodones que deseen entretenerse con una obra ágil, muy bien escrita, cuyo fondo nos hará reflexionar que las fortalezas y las debilidades del mundo occidental corren a parejas en todas partes por igual.


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