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Una vida sin alcohol ni drogas es más sana para ti, tu familia y la sociedad
El paso fundamental es, cada mañana, decirse ''No beberé alcohol durante las siguientes 24 horas', y cumplir este mandato.
Esta promesa a sí mismo, se debe realizar cada día.
Esto es preferible a realizar promesas (que siempre se rompen y merman las relaciones) a la familia, a personas queridas, a amigos, o organizaciones, promesas que se hacen, por lo general, en un ambiente cargado de emoción, lágrimas y solemnidad:''Te prometo que jamás beberé", pero como es difícil que el alcohólico cumpla esta promesa, la confianza de las personas que han oído dicha promesa se va destruyendo cada vez más. Las relaciones se deterioran y finalmente el enfermo/alcohólico queda aislado.
Con la promesa de las 24 horas, la familia apoya al enfermo dándole confianza en que cumplirá la promesaque se hizo a sí mismo. Ellos solo actúan como elementos de apoyo, no como figuras cargadas de compromiso. Así, el enfermose siente realmente apoyado, pues la responsabilidad de cumplir o no la promesa se la hace a sí mismo, y si falta a dicha promesa, lafamilia o amigos lo seguirán apoyando.
Si esto no basta, recurra a la alternativa de los parches o ''pellets'' para alcohólicos, que han demostrado gran eficacia; se insertan en la piel, y su costo oscila entre los 100 y 150.000 pesos chilenos. IMPORTANTE: Su uso debe ser supervisado por un médico.
Admitimos que éramos impotentes ante el alcohol y que nuestras vidas se habían vuelto ingobernables.
Llegamos al convencimiento de que un Poder Superior podría devolvernos el sano juicio.
Decidimos poner nuestras voluntades y nuestras vidas al cuidado de Dios, como nosotros lo concebimos.
Sin miedo hicimos un minucioso inventario moral de nosotros mismos.
Admitimos ante Dios, ante nosotros mismos y ante otro ser humano, la naturaleza exacta de nuestros defectos.
Estuvimos enteramente dispuestos a dejar que Dios nos liberase de todos estos defectos de carácter.
Humildemente le pedimos que nos liberase de nuestros defectos.
Hicimos una lista de todas aquellas personas a quienes habíamos ofendido y estuvimos dispuestos a reparar el daño que les causamos.
Reparamos directamente a cuantos nos fue posible el daño causado, excepto cuando el hacerlo implicaba perjuicio para ellos o para otros.
Continuamos haciendo nuestro inventario personal y cuando nos equivocábamos lo admitíamos inmediatamente.
Buscamos a través de la oración y la meditación mejorar nuestro contacto consciente con Dios, como nosotros lo concebimos, pidiéndole solamente que nos dejase conocer su voluntad para con nosotros y nos diese la fortaleza para cumplirla.
Habiendo obtenido un despertar espiritual como resultado de estos pasos, tratamos de llevar este mensaje a los alcohólicos y de practicar estos principios en todos nuestros asuntos.
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